miércoles, 24 de junio de 2009

Vamos con un par de lumpenes

Lumpen merquero “alguna-vez-fui-de-familia-bien”: en granja de rehabilitación de hotelería Swiss Medical, costeada por el padre que quiere conservar de él tan sólo la foto en la billetera, este joven aprende a renunciar a su decencia. Así se gradúa de ente extraviado, maravilloso para crear poesía dadaísta a la hora de dar una instrucción para llegar a una dirección.

Lumpen nacionalista/ fachistoide: persona que ha resuelto acrecentar el tamaño de su pene a través de juicios ofensivos sobre las minorías étnicosexuales. Persona que ha creído siempre en Perón, sobretodo cuando éste ya era un viejo de mierda, envidioso de la juventud y su potencia. Persona marginal en su extremismo y oprobiosa en su existencia.

Lumpen mochilero: Persona errante de precaria estabilidad, que busca refugio en el paisaje, y lo que encuentra es una ficción propuesta por lugareños silenciosos que venden chipá. Significa la quietud en una estación de trenes y el desdén por lo propio que se diluye en las tierras de lo ajeno. Sin embargo, no tan parasitario como el lumpen artesano.

Lumpen malabarista: excluido del trono auténtico del arte, él reivindica esta condición y pertenencia con un plus de autoidentificación a los valores y los modos de lo estético. Psuedoartista engreído y de poca cultura, comportándose como un perro o un bebé cuando le toca ser público: incapaz de comprender y disfrutar aquello que no es colorido ni está en movimiento.

Lumpen místico/new age: artesano de las ilusiones y parásito al servicio de la gente débil que acepta su vida coordinada por los astros. Inclinación por abusarse de abstracciones como la energía o la onda que lo colocan en un campo alado con olor y gusto a lavanda. Desdeñador de la racionalidad y la instrumentación en su sentido positivo, el místico new age realiza tan poco como se lo indica su destino.

Lumpen artesano/hippie: gárgola que pretende que el mundo valorice su alambre de púa, abanderado del mal gusto de los duendes y los atrapa sueños; sobreviviente de la piedad y la confusión de los otros que se dejan cautivar por cuentas y dijes cuando son sacadas del contexto de las calles del Once. Señores que alimentan el abastecimiento fácil y el sacrificio ajeno, si abandonasen sus mochilas podrían volar más rápido.

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