miércoles, 27 de febrero de 2008

Shabat

Soy muy observador del judaismo. Por ejemplo, en Shabat no suelo tocar dinero. Sólo cuando necesito comprar algo...

domingo, 24 de febrero de 2008

Nuevos pensamientos

Nadie respeta la senda peatonal, ¿está pintada?

Valentine's Day: ¿Imposición foránea o legado sanmartiniano?

Con la inflación, ¿los rolingas segurián pidiendo un peso para la birra?

Los paraguas son una amenaza para la vista. En un momento ves sólo un inofensivo paraguas, y al rato no ves.

Tanto dibujaba paraguas en mis psicolaborales que decidí que no sería tan exótico empezar a usarlos en la realidad.

Con una cerveza en la mano, sus pisos se verán limpios. (Agradezco el gentil aporte de Julieta Otalora)

jueves, 21 de febrero de 2008

Monólogo de la máquina expendedora de boletos

Una cosa maravillosa del colectivo es que uno se sube al transporte y se enfrenta con una frase grandilocuente, magnificente, digna de una tragedia griega que es...indique su destino. ¿No es demasiado para que te lo pregunte una máquina? ¿Quién la programó? ¿Heiddegger?

"Mirá, mi destino, no sé, nunca lo pensé. Si querés te digo a dónde voy ahora"

Además porque al colectivero le interesa conocer mi destino para entragrme un simple boleto. "Y mirá, de acuerdo a mi carta natal, tengo plutón en casa de acuario p que implica un destino oscuro, calamitoso", "Ah...entonces pasá, pasá nomás sin boleto"

Otra cosa increible es que frente a tamaña demanda como "indique su detino", todo el mundo responde: "Ochenta...ochenta por favor". Tampoco parece ser la respuesta más adecuada para semejante demanda. Es como si Edipo se dirigese al oráculo de Delfos para conocer el destino de la nación griega y éste le respondiese: "Uno con veinticinco"

Groso